Miercoles, 24 de Abril de 2024
09 de julio de 2009
No parece fácil para el que tiene la responsabilidad de gobernar el encontrar el equilibrio adecuado entre la opción de mantener la recaudación de los impuestos y con ello “dar servicios”, es decir, atender con políticas asistenciales a los mas necesitados o invertir en infraestructuras y obra pública que resulte ser generadora de empleo, o una segunda opción que consiste en sacrificar los ingresos tributarios, articulando medidas fiscales que adecuadamente dirigidas incentiven las voluntades emprendedoras y el apoyo a las familias. El Gobierno está obligado a ofrecer soluciones adecuadas a los problemas sociales. Pero reconozcamos que a veces las administraciones actúan como una maquinaria pesada, lenta y poco operativa. Sin embargo la familia siempre estará al quite. La familia es en general la que está siempre, de una u otra manera dando servicio.
La maquina de la familia no suele llegar tarde. No existe administración alguna capaz de dar los servicios que la familia, como institución, da a sus miembros.
En definitiva, la reducción de impuestos se articula como un mecanismo de compensación pública de las cargas familiares. Las rebajas fiscales, adecuadamente orientadas son necesarias siempre, y en tiempos de crisis en mayor medida. De esta forma, la colectividad, personalizada en sus gobernantes, reconoce la rentabilidad para la sociedad de la acción familiar y asume parte de las consecuencias económicas, por ejemplo, de la tenencia y crianza de los hijos y del cuidado de personas dependientes, así como de la coparticipación del riesgo del emprendedor, pequeño empresario, a la hora de ejecutar inversiones que generen empleo. Por que no nos engañemos, son estos y no “los gobiernos” los que tienen la llave de la creación de empleo.
La solución no es la adopción de medidas de carácter aisladas. Hasta ahora el Gobierno de CLM ha preferido renunciar a la rebaja de impuesto como vía incentivadota. Aplaudimos el cambio de criterio si es real. Es necesario un autentico plan que articule medidas fiscales de apoyo que devuelvan la confianza a las familias, autentico motor de la sociedad. Es cierto que las comunidades autónomas tienen poco margen de maniobra, pero algo pueden y deben hacer. E insistimos se debe imponer la cultura del ahorro en todas las administraciones, recortando drásticamente los gastos corrientes no productivos, y reforzando los controles internos si es preciso a tal fin.
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